martes, 24 de mayo de 2011

Contenta en casa

Una vez que me dieron de alta de la internación,  me dijeron que no me preocupe, que ya iba a volver a mi vida normal, pero de a poco, así que me mude por un mes a la casa de mis papas, porque me dieron esa licencia laboral y me sentía tan insegura, tan mareada, tan ASUSTADA, creo que esa es la palabra justa, estaba asustada, pero no me resignaba a estancar mi vida por esta enfermedad, así que termino la licencia, vuelvo a mi casa y comienzo a trabajar.
Como yo estaba cursando y esto me agarro en vacaciones deje pasar marzo y en los primeros días de Abril me acerque a la facultad para ver el tema de las materias que tenía que cursar, pero me llevo la primera desilusión y el primer golpe de realidad, hablo con uno de los profesores que a su vez es médico y me dice: “pero si temes esa enfermedad dudo mucho que puedas estudiar más,  por lo menos por ahora, porque no vas a poder leer tanto”.
En ese momento yo hasta llegue a creer que me estaba tomando el pelo, recuerdo que me enoje tanto!!!
Decidí ignorarlo y anotarme, pero en menos materias,  porque tenía que bajar de peso y para eso necesitaba ir al gimnasio casi todos los días y estaba como muy cansada y tenía miedo que no descansar poco me hiciera mal.
Pasaron dos meses y me doy cuenta que me cansaba más rápido cuando leía, Así que concurrí a un neurooftalmologo, me reviso, me dijo que estaba bien pero que me iba a recetar un lente de contacto, si, uno solito, ya que entre una cosa y la otra perdí el 60% de la vista del ojo derecho, así que como me lo predijeron casi no podía estudiar, igual yo insistía y seguía adelante.
Un día me levanto con la cara toda escamada y con una especie de caspa terrible, a lo que el dermatólogo me dice que es nervioso, me llena de cremas, me cambia el jabón diario y el shampoo, todo un tema y me recomienda que me tranquilice haciendo algo que me guste.
Así que decido hacer algo que tenia postergado tocar el violín y empecé a tocar el violín para calmarme un poco, porque ya no daba más, conseguí una profesora amorosa, de la cual termine siendo amiga.
Sigo haciéndome más y mas estudios de la vista, y el neurólogo al ver que todo iba viento en popa me dice “vamos a empezar a bajar la dosis de la acetazolamida” y así empezamos a bajarlo de a poquito.
De esta manera pasan los médicos y mil estudios posteriores parecía mejorar, pero un día en octubre,  volviendo del trabajo siento un dolor en la espalda súper raro, yo pensé que fue un pozo que se comió el colectivo, salte en el asiento y ahí sentí ese ruidito y ese dolor.

2 comentarios:

  1. leer eso último me ha dolido a mi también..

    es muy interesante leer como te sentias, cuando empiezo a ver las similitude sy tes das cuenta que no es cosas tuyo, el cansancio de la vista por ejemplo, también noto me canso antes engeneral , aunque kizas en mi caso esto último tenga q ver q aunno he recuperado forma fisica de estar tanto tiempo sin levantarme.
    lo cuentas muy bien Gladis, estoy enganchadisima.

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  2. Gracias Iri, me alegra saber que soy clara cuando cuento lo que me paso, como es un relato de todo lo que pase por y debido al PTC, prefiero contarlo de a partes, aparte tambien se que asi es mas facil de leer. Mil gracias!

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