miércoles, 14 de septiembre de 2011

Mi segunda cirugía: Toracotomía


Pasaron las 10hs y un poco más, una vez en preparada me vienen a buscar a la habitación, yo siempre aparentaba estar contenta, aunque en el fondo moría de miedo, pero pensaba y pienso que si era lo mejor tendría que ser así.
Llegamos al quirófano, pero no habían llegado todos los especialistas, como ya conté antes era viernes santo y en el fondo yo me sentía mal de estar matándole el fin de semana largo a muchas personas, no era por voluntad propia, pero yo sabía que algunos volvieron de sus mini vacaciones y otros se perdían almuerzos ya planeados con sus familias y no ayudaba mucho el hecho de que más de uno se quejaba porque tal o cual no llegaba y decían “yo también me pierdo de estar con mi familia en feriado, pero esto no puede esperar”.
Era una mezcla de sentimientos, entre miedo, culpabilidad y más miedo.
Yo estaba acostada preparada en la camilla, de a ratos se me caían las lagrimas por más que trataba de contenerme con todas mis fuerzas, mi traumatóloga pasaba de a ratos y me daba ánimos y  eso me calmaba un poco.
Cuando llegan los médicos comenzaron los preparativos en el quirófano, de todo lo que paso ese día hay una cosa que no me olvido más y es que mi traumatóloga preparo una especie de molde para que yo pudiera estar cómoda en la cirugía y para que esto ayude a los médicos, ese gesto no me lo olvido mas, porque los cirujanos le decían que no era necesario hacerlo y ella decía que quería que yo esté bien, sinceramente eso hasta el día de hoy logra emocionarme.
Ahora sí! A comenzar la toracotomía y como todos saben: la anestesia total te hace olvidar de los nervios y lo único que repetía como loro era tengo “Bradicardia Asintomática Nocturna”, era algo que una Dra. me dijo que nunca me olvide de avisar.
Según me cuentan pasaron varias horas hasta que termino la cirugía, pero yo recién recuerdo despertarme en terapia a la tarde, no me podía mover para nada, tenía un tubo saliendo de mi cuerpo y me dolía hasta el alma.
Para variar me dolía mucho el brazo del suero y lo dije, pero al otro día ya no lo soportaba mas, así que avise nuevamente, yo no lo podía ver, pero suponía que los que me cuidaban en terapia si, la cuestión es que tenía el brazo asquerosamente hinchado, me  cambiaron el suero y me ponían paños de agua fría en el brazo porque estaba terrible, pero la nueva vía no resulto, así que llamaron a un cirujano y me puso una vía central porque ya no me podían pinchar mas y de esta forma solucionaron el tema de mis venas.
Pase varios días en terapia, me podían pasar a visitar dos veces y me daban de comer, porque ni eso podía, hasta el día del cumpleaños de mi novio me vino a dar de cenar, pero yo esperaba esos momentos, de ver a alguien, de poder charlar aunque sea un poquito, desde que me enferme siempre lo tuve a él y a mi familia muy presente y en esos momentos realmente los extrañaba muchísimo.
A los 5 días de la toracotomía vino un kinesiólogo y me dijo que iba a ayudarme a sentarme en la cama, porque tenía que moverme, aunque yo sentía que no iba a poder igual no dije nada y lo intentamos, fue terrible para mí porque tenía dolor, miedo y no sabía qué hacer con este bendito caño que tenia!!!
Pusieron mi cama contra la pared y me puso un almohadón para que soportara aunque sea cinco minutos sentada, así lo hicimos y volvimos a hacerlo al día siguiente y así hasta que me enviaron a una habitación.

lunes, 12 de septiembre de 2011

El que espera desespera…


***Perdón por tardar en seguir contando mi historia, es que no estaba bien, tenía muchos dolores de cabeza y escribir me estaba resultando más que incomodo, pero  ya estoy un poco mejor, así que seguiré contándose al que quiera leerla!***

Como conté antes esa tarde me quede en la clínica a esperar,  pero  como ya sabíamos que tenía el alta casi en mis manos mi familia se relajo un poco, los pobres no podían mas del cansancio, así que decidieron ir a sus casas.
Pasan los días y solo me resta esperar a  la Dra. para que me de el alta, entonces les digo a todos que no vengan y que mi hermana, ya que era feriado (Jueves Santo) se va a quedar conmigo por si necesito levantarme o algo así y cuando ya tenga el alta en mis manos ahí sí que me vengan a buscar, entonces Candy se quedo conmigo.
Teníamos sed y yo unas ganas terribles de comer “gomitas azucaradas”, así que bajó al kiosco a comprarme una bolsita de gomitas y una coca cola para ella, mientras ella compraba de pronto todo se puso confuso, ya que entro mi traumatóloga con el jefe de traumatología preguntándome si había algún familiar conmigo o estaba sola, les dije que estaba con mi hermana, pero que había bajado a comprar al kiosco, en ese momento me piden que venga urgente que necesitan hablar con ella porque había que operarme de urgencia, deberían ser cerca de las 16hs cuando me dicen que me operan a las 10hs de la mañana de viernes santo mientras le recordaba  a mi traumatóloga que había que ubicar a varios jefes de cirugía porque había que hacerme una “toracotomía” de urgencia, yo no entendía nada de nada, solo llame al celular de mi hermana y le dije veni urgente que el médico quiere hablar con vos.
No sé que ni como, pero creo que él me explico de que se trataba la operación, obviamente nunca entendí nada de lo que me dijo porque estaba muy asustada, la miraba a mi traumatóloga y solo podía ver pena en sus ojos y le pregunte: “Es grave?” y ella me respondió que era una operación muy complicada, pero que iba a estar conmigo,  y así como llegaron se fueron y yo no podía hacer otra cosa más que llorar porque estaba muerta de miedo.
Trate de calmarme y llame a mi novio para decirle que por favor venga a la clínica, ya que  me iban a operar y no sabía que hacer, también llame a mi mama y a mi mejor amigo para contarles, cuando llega mi novio le explico lo que me dijeron que me iban a abrir, más o menos donde, que me iban a “desinflar un pulmón” y mover varios órganos para hacer una limpieza en la columna ya que tenía una infección encapsulada y ese encapsulamiento se rompió y si no me operaban me moría, todavía no se cómo recordé todo eso para poder contarlo, pero para mí todo eso no significaba nada, necesitaba que otro médico me lo explique mejor, así que pedí que venga un médico de guardia a explicarme que me iban a hacer, así también se lo explicaban a mi novio, porque él solo sabía lo que yo le había dicho y eso no era suficiente.
El único problema con el que no contaba era que la enfermera entendió que yo no me quería operar aunque tuviese la autorización  firmada por mi hermana, así que cuando vino el médico de guardia le explique bien todo y el nos hablo de la operación y nos explico que era difícil, pero que estaba en excelentes manos, cosa que yo ya sabía, porque el jefe de traumatología era uno de los mejores de país.
Solo restaba esperar un poco más, a la mañana llegaron mis hermanos, otra vez pedí que mis papas no vengan, pero la verdad es que en el fondo de mi corazón sabía que era una operación difícil y no tenía tantas esperanzas como las que aparentaba, ya no sabía si era mejor que se acabe todo ahí o seguir sufriendo estos dolores que tenía hasta ese momento.
Lo raro es que no quise escribir el típico mensaje que redacto antes de entrar al quirófano, donde antes de entrar ya digo que todo salió ok y ya lo dejo para enviar a mis amigos, esta vez no sabía cómo iba a ser.
Simplemente fui entregada  a las manos de los médicos.